Luego de cumplir el aislamiento correspondiente tras competir en los Juegos Olímpicos de Tokio, Victoria Sauze Valdez, empezó a disfrutar el logro conseguido. “Vicky” fue agasajada en Tucumán Rugby, club donde empezó a jugar y forjó el talento que después se consolidó en River y que la llevó a conseguir como máximo logro, hasta el momento, la medalla de plata olímpica con Las Leonas.
“Matamos dos pájaros de un tiro”, contaba con una amplia sonrisa María Angélica Posse Silva. La presidenta de la Subcomisión de Hockey del club “verdinegro” fue una de las tantas que organizó el festejo. El club tenía programado la celebración del “Día de la Niñez” para las divisiones infantiles; el mejor regalo que se les ocurrió fue compartir un rato con La Leona.
Antes de pasar a la cancha de hockey que tiene Tucumán Rugby en el corazón del predio, “Vicky”, acompañada por toda su familia, disfrutó de una merienda. En la cantina del club se dispusieron algunas mesas redondas que se completaron con directivos y allegados.
Sauze Valdez recibió un ramo de flores, una plaqueta y una camiseta del club enmarcada. Entre los homenajes a la subcampeona olímpica, quedó otra casaca enmarcada: la de Las Leonas, con el número 18 y el apellido “Sauze” en su espalda. La camiseta había sido donada por “Vicky” hace dos años en agradecimiento al club.
Ya en la cancha, a Sauze Valdez la esperaban varias decenas de pequeñas de entre seis y nueve años de las divisiones infantiles de Tucumán Rugby. “No sé si estoy sorprendida, pero sí muy agradecida a todo el club. El amor de todas las chiquitas es lo más lindo”, dijo “Vicky”. La coordinación de las entrenadoras y los directivos permitió que todas las jugadoras presentes pudieran sacarse fotos divididas en grupos. Al mejor estilo de una animadora, la Leona tucumana hizo preguntas a las pequeñas, las hizo bailar y ellas respondieron con cánticos. “‘¡Vicky’, ‘Vicky!’”, corearon con tono taxativo el apodo de la jugadora y “¡Esta es la banda de ‘Vicky’ Sauze!” fue la canción que improvisaron las chicas que luego, ordenadas en fila india y respetando los grupos para generar la menor aglomeración posible, continuaron con los festejos. Mientras tanto, la Leona seguía y permaneció varios minutos más en la cancha de hockey con las luces encendidas a pleno. Luego de saludar a quienes hoy la admiran, era el momento de saludar a quienes la vieron crecer y ahora la ven triunfar.